Conocer cómo es el fondo del mar que rodea Tierra del Fuego, se vuelve una experiencia posible y al alcance de todos, de la mano de la realidad virtual. Creada por jóvenes fueguinos, la experiencia combina el arte con la protección de la naturaleza.

Lion Brotherhood es un equipo formado por los hermanos José y Francisco Rogel, que tiene como objetivo acercar a la gente la parte más oculta de la naturaleza, a la vez que concientizar sobre lo necesario de su protección. En ese camino, han encontrado una manera de hacerlo que une al ambiente y a las tecnologías más modernas: mediante un simulador de realidad virtual, invitan a recorrer lo más profundo del Canal de Beagle o, como ellos prefieren llamarlo, rescatando el idioma yagán, Onashaga.

El proyecto lleva el nombre de Galería Onashaga y ellos lo describen como una “experiencia inmersiva”, en la que el usuario transita una representación de los bosques sumergidos fueguinos. El mar, opinan los hermanos Rogel, “es una de las maravillas con las que cuenta Ushuaia y es desconocida para la mayoría de los habitantes”. Por eso, trabajan pensando en “modelos de desarrollo sustentable que preserven el ambiente: vivenciar las maravillas de la naturaleza, sin alterar los ecosistemas”.

Los bosques de macroalgas, esos maravillosos escenarios que Galería Onashaga propone descubrir mediante realidad virtual, albergan una enorme cantidad de biodiversidad. “Para nosotros, es importante que la gente sepa sobre el ecosistema submarino, por una cuestión de conciencia. Conociendo lo que vive debajo del agua, puede llegar a cuidar un poco más el ecosistema, y entender que no se trata solo de una masa de agua fría donde los turistas viajan en catamarán y ven pingüinos. Es importante que la gente pueda aprender cuáles son, por ejemplo, los animales que habitan en la zona donde uno vive”, reflexiona Francisco.

La inspiración para desarrollar esta experiencia de realidad virtual proviene precisamente de los valores que existen en el fondo del mar y en las Costas del Canal Onashaga: “Se trata del paso marítimo que conecta a los océanos Atlántico y Pacífico y, gracias a sus enormes bosques de algas, posee una biodiversidad comparable a la de las zonas tropicales. El capturar sus paisajes no es tarea sencilla: los buzos que lo hacen se preparan física y mentalmente para nadar por las aguas heladas y contemplar un paisaje que es, casi, de otro mundo”.

La experiencia no propone únicamente aumentar el conocimiento sobre la vida submarina, sino que también implica una inmersión en el arte local: “A través de la realidad virtual, recreamos el fondo del canal y, además, lo llenamos de obras de arte interactivas de artistas locales. Está pensada como una galería artística, que permite que la gente pueda conocer un poquito más de lo que pasa abajo del Canal Onashaga, ya que no todos pueden ser buzos. Es una experiencia de conocimiento de esta parte de la cultura fueguina que es muy importante, y que a veces no le prestamos atención. De esta manera, representamos la enorme biodiversidad del canal a través de nuestros artistas”.

“Queremos generar una chispa de curiosidad en las personas, que tomen conciencia de los seres que habitan en las aguas que bañan sus costas y que, la próxima vez que vayan a la playa, dimensionen lo que tienen delante. En las temáticas ambientales es muy difícil llegar a la gente con un solo mensaje, muchos no comprendemos el lenguaje científico y menos aún con algo tan lejano como el fondo marino. Fusionando intervención artística y la realidad virtual, los llevamos al fondo marino”.

TECNOLOGÍA Y CONOCIMIENTO FUEGUINO

El potencial que Tierra del Fuego posee en desarrollo de software y la industria del conocimiento, hacen de esta propuesta de realidad virtual, algo de ferviente actualidad. “La Galería es una experiencia única e irrepetible en la isla”, aseguran desde Lion Brotherhood.

Debido a que se trata de una tecnología muy poco extendida en América Latina, Galeria Onashaga fue ideada como una experiencia Location Based Entertainment, la que permite al usuario acercarse a un lugar específico para vivenciarla. Fracisco Rogel explica que “el proyecto se encuentra en una etapa de prototipo. Le faltan unas mejoras en UX (Experiencia de usuario), que son cosas que aprendemos al ver cómo la gente interactúa con el proyecto. Para poder seguir avanzando, hace falta financiamiento, porque es un trabajo que requiere mucha dedicación y no podemos invertir el tiempo sin sustento económico”.

El desarrollo tecnológico es un desafío que se hace patente en propuestas como esta: “Hace falta equipo y gente que pueda hacer los modelos. Para que la experiencia sea más linda y que la idea se entienda, necesitás contar con gente que haga buenos modelos 3D, porque en verdad se trata de un proyecto artístico. Por suerte contamos con buena difusión del proyecto en las redes y, como somos estudiantes universitarios, contamos con nuestros profesores para darlo a conocer”, concluye Francisco Rogel.

Galería Onashaga es un gran ejemplo de conocimiento aplicado al territorio, para su desarrollo y su cuidado, vinculando directamente la tecnología con el paisaje y las virtudes de mar.