Se trata de un proyecto de ley que el Mopof presentó hace cuatro años y nunca despertó interés en los bloques mayoritarios. Entre sus conceptos principales propone enseñar “autorregulación emocional, aprovechamiento productivo de las emociones, empatía y habilidades sociales”.
A través de un proyecto de ley reflotado de 2020, el Movimiento Poplar Fueguino (Mopof) propone incluir la ‘educación emocional’ como materia obligatoria en las escuelas públicas de Tierra del Fuego, entendiendo que “resulta una valiosísima estrategia educativa de promoción de la salud”.
Según el proyecto, la ‘educación emocional’ puede enfocarse en complementar el método de estudio tradicional “con el objetivo de afrontar flagelos de la sociedad moderna tales como la violencia, la depresión, el consumo de drogas, el consumismo, el culto de la imagen y la delincuencia, entre otros”.
“La educación emocional se rige en el derecho comparado como una verdadera estrategia educativa destinada a mejorar la calidad de vida de las personas a partir de! desarrollo de habilidades emocionales”, argumenta la iniciativa, considerando que “la educación emocional favorece el desarrollo de la resiliencia; la salud emocional y la satisfacción personal; la dinamización de recursos; la tolerancia a la frustración; el autoconocimiento; el fortalecimiento de la autoestima y la automotivación”.
La implementación de la denominada ‘educación emocional’ debería alcanzar en general “en todo el contenido curricular y en particular complementándolo con un espacio curricular especifico, abordando el desarrollo de la inteligencia emocional en niños, primero capacitando a los docentes respecto de las técnicas y principalmente sobre cómo gestionar las emociones en ellos mismos y la automotivación”.
“Desde el bloque del Movimiento Popular Fueguino entendemos que, a partir de la implementaci6n de la educación emocional al sistema educativo, se conseguirá continuidad y mantenimiento de la política de promoción de la salud a partir de hábitos emocionalmente saludables y se centra en la salud emocional del niño y sus tutores (familias, docentes y educadores en general), proveyendo las herramientas para ser consciente de su situación, sentimientos y pensamientos”, agrega el proyecto.
En uno de sus artículos, el proyecto establece que la ley debe aspirar a “desarrollar cada una de las habilidades emocionales -conocimiento de uno mismo, autorregulación emocional, motivación o aprovechamiento productivo de las emociones, empatía y habilidades sociales- así como las habilidades de elecci6n en cada niña; niño y tutores/as, docentes y padres mediante la Educación Emocional, con el objetivo de alcanzar una mejor calidad de vida de todos los ciudadanos”.
La propuesta lleva la firma de Pablo Villegas y señala, por último, que Misiones, Tucumán, Chaco y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires ya cuentan con una Ley de Educación Ambiental.
Fuente: Critica Sur