El juez que le otorgó la libertad a Elián Ángel Valenzuela tuvo en cuenta la declaración de cuatro nuevos testigos presenciales de la supuesta privación ilegítima de la libertad, lo que motivó una «reevaluación» de la prueba que existía en el expediente. 

El juez que este viernes le otorgó la libertad a Elián Ángel Valenzuela, el músico más conocido como L-Gante que permaneció casi 100 días preso, tuvo en cuenta la declaración de cuatro nuevos testigos presenciales de la supuesta privación ilegítima de la libertad que protagonizó en mayo pasado en la localidad bonaerense de General Rodríguez, lo que motivó una «reevaluación» de la prueba que existía en el expediente y benefició al acusado con la excarcelación por el «beneficio de la duda». 

«Los testigos presenciales de los incidentes que dieron raíz a los hechos endilgados a Valenzuela, dan cuenta del estado de alcoholismo y exaltación en el que se habría encontrado el denunciante y su enemistad manifiesta contra el aquí imputado Valenzuela y sus amistades», dice entre sus conclusiones el juez de Garantías Gabriel Castro. 

Para el fiscal que investigó el caso, Raúl Villalba, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 9 del Departamento Judicial de Moreno-General Rodríguez, L-Gante (23) está acusado por cuatro hechos: las amenazas simples en concurso real con privación ilegítima de la libertad en concurso ideal con amenazas coactivas en perjuicio de Darío Gastón Torres; la privación ilegítima de la libertad simple en concurso ideal con amenazas simples de Rosa Catalina Passi; la tenencia simple de estupefacientes; y el encubrimiento agravado por el ánimo de lucro por tener en su poder un IPhone 12 Pro denunciado como robado. 

Sin embargo, para el magistrado, las declaraciones de los nuevos testigos realizadas a fines del mes pasado motivaron una «reevaluación» de la prueba y ordenó la inmediata libertad de L-Gante. 

Tras la decisión del juez, el referente de la cumbia 420 abandonó alrededor de las 23 acompañado de un grupo de amigos la sede de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) Quilmes en la que estaba alojado desde el 6 de junio pasado. 

Con una gorra blanca, una campera verde flúor y una barba candado, el músico explicó que aprovechó el tiempo detenido para «recapacitar», cuidarse más, endurecerse «mentalmente», «pensar de buena manera» y meterle «con todo» a la lo que más le gusta: «cumbia 420 para los negros». 

El juez Castro entendió que debía garantizarse el principio de «in dubio pro reo» (que establece que en caso que existan dudas se debe beneficiar al imputado) y «la regla general de que el acusado transite el proceso en libertad durante la sustanciación del mismo, y hasta tanto exista una condena en su contra; máxime, cuando las dudas advertidas tornan, a mi entender, que el actual encierro preventivo deviene injusto e irrazonable». 

LA NUEVAS DECLARACIONES 

En sus conclusiones, además de la declaración de esos nuevos testigos, el magistrado evaluó una nueva declaración de la víctima Passi, quien -para el juez- incurrió en «múltiples contradicciones» respecto a su testimonio anterior. 

«En la primera de ellas afirmó: ‘Me hizo subir a la camioneta’ y en su última declaración hizo saber que tras estar cinco minutos en la puerta de su casa subió a la camioneta porque tenía frío», explicó Castro en su resolución. 

Otro de los puntos importantes considerados por el juez fue el testimonio de Mayra Gimena Flores, expareja del hijo del denunciante Torres, quien aseguró que la víctima se subió por sus propios medios a la camioneta de L-Gante y sin ser amenazado por el músico de cumbia. 

«Todo ello conlleva entonces a la necesidad que sea en el marco del juicio oral a llevarse a cabo, donde sea producida efectivamente la prueba, y todas las partes intervinientes en el proceso, puedan ejercer eficazmente sus derechos (…) respecto del cúmulo de actos de investigación que componen la etapa de instrucción», indicó Castro en la resolución a la que tuvo acceso Télam. 

LA DENUNCIA CONTRA EL CANTANTE 

La denuncia que derivó en la detención del cantante fue realizada el 27 de mayo por Darío Gastón Torres, vecino de la familia de Valenzuela, que reside en el barrio Bicentenario de General Rodríguez, en el oeste del conurbano. 

La mañana de ese día, a la salida del local bailable «Río» ubicado en esa localidad, hubo un incidente con varios jóvenes integrantes de la denominada «La Mafilia», el grupo de amigos y músicos al que pertenece L-Gante. 

Según denunció Torres, cuando se retira del boliche para dirigirse a su casa, comenzó a recibir amenazas por parte de Valenzuela y tras ello, integrantes de La Mafilia fueron hasta su casa y lo agredieron físicamente tanto a él como a su familia. 

Luego, siempre de acuerdo a su denuncia, pasó un BMW blanco conducido por Valenzuela, que bajó el vidrio, le apuntó con un arma y lo subió por la fuerza. 

A los pocos metros, también fue interceptada y obligada a subir al mismo rodado la joven Rosa Catalina Passi, también vecina del músico y quien había participado de la primera discusión con los amigos de L-Gante. 

Luego y siempre según la denuncia, algunos integrantes de «La Mafilia» fueron demorados por la Policía y L-Gante regresó hacia donde estaba el móvil, bajó el vidrio y les dijo a los agentes: «Largame a los pibes o a éste te lo mato», en referencia a la víctima que estaba retenida dentro de su BMW. 

Supuestamente Torres permaneció 23 minutos cautivo hasta que L-Gante recibió una llamada en la que le aseguraban que sus amigos habían sido liberados por la Policía y soltó a las víctimas. 

Con la prueba reunida, la fiscalía solicitó la detención de Valenzuela al juez Castro, quien convalidó el pedido y dispuso cuatro allanamientos el 6 de junio, uno de ellos en el sector 1 del country del Club Banco Provincia, donde finalmente el músico fue detenido.