El rey de los documentales sobre pingüinos es la segunda especie más voluminosa, después del pingüino emperador. Descubrimos algunas otras curiosidades de estas aves tan elegantes.

Viven en las islas más meridionales del mundo

El área de distribución del pingüino rey se circunscribe en su mayor parte a las islas que rodean la Antártida, pero también habitan archipiélagos meridionales como las Malvinas, las Islas del Príncipe Eduardo o las islas Georgia del Sur, donde suelen formar grandes colonias reproductoras. En menor medida, también existen algunas poblaciones dispersas en Australia y Nueva Zelanda.

Ponen dos huevos, pero solo incuban uno

La temporada de cría dura desde septiembre hasta marzo. Las hembras ponen 2 huevos, pero solo incubarán uno durante aproximadamente un mes. Durante las 3-4 primeras semanas tras la eclosión, el macho se queda con el polluelo, mientras que la hembra busca comida para su prole. Igual que sucede con los pingüinos emperador, no construyen nidos. En su lugar, incuban el huevo transportándolo sobre sus patas.

Viajan largas distancias para alimentarse

Esos viajes en busca de alimento pueden dilatarse en el tiempo, y también en la distancia. Estos pingüinos pueden recorrer hasta 500 kilómetros mar abierto desde las colonias de reproducción. Pueden sumergirse durante unos 10 minutos, y alcanzan profundidades de hasta 300 metros. Los adultos se turnan para regresar a intervalos regulares para el cuidado de las crías, aunque durante su primer invierno de vida los polluelos no necesitarán alimento de sus padres, pues sobreviven principalmente de la grasa almacenada.

Las madres organizan ‘guarderías’ para cuidar a los polluelos ajenos

Igual que sucede con su primo hermano, el pingüino emperador (Aptenodytes forsteri), las madres colaboran entre ellas para hacerse cargo de las crías. Cuando estas tienen unos 50 días de edad, distintas madres colaboran entre ellas para cuidar conjuntamente de sus vástagos. Es lo que se conoce como ‘guarderías’. Gracias a ello, los pollos mantienen a las crías a salvo de los depredadores y del frío, y es que el porcentaje de mortalidad de las crías durante este período es muy elevado. En el mes de noviembre, aproximadamente, los juveniles comienzan a mudar su plumaje original por el definitivo, un proceso durante el cual los padres dejan de alimentarlos. Concluido este período, las crías abandonarán la colonia para comenzar a valerse por sí mismas.

Forman colonias muy numerosas

Como sucede en la mayoría de las aves marinas, son coloniales. En la isla Georgia del Sur se agrupan decenas de miles de ejemplares, de la subespecie A. patagonicus patagonicus, a veces forman colonias de hasta 40.000 individuos. En otras latitudes se han documentado incluso cantidades mayores. Es el caso de la isla de los Cerdos, en el archipiélago de Crozet, situado en el océano Índico, entre Sudáfrica y la Antártida. En su día se llegaron a documentar hasta 500.000 parejas, aunque en los últimos recuentos se han contabilizado no más de 60.000.

Son animales muy sociales

Los pingüinos rey son animales extremadamente sociales, como prueban sus enormes colonias reproductoras. Aunque pasan la mayor parte del tiempo en el agua, cuando están en tierra suelen vivir en grandes comunidades, con lo que pasan mucho tiempo junto a sus congéneres. Por ello, han desarrollado la habilidad de emitir llamadas y vocalizaciones muy precisas que les permiten encontrar a los suyos entre la multitud. Los polluelos aprenden las llamadas de sus padres en el primer mes de vida, algo esencial para sobrevivir.