Más de 67.000 casos fueron registrados en Brasil en las últimas 24 horas, mientras se espera la llegada de las vacunas de AstraZenaca y Oxford.

El estado brasileño de Amazonas anunció este jueves la imposición de un toque de queda ante el colapso de su sistema de salud a causa de la pandemia de coronavirus, que dejó sin oxígeno a los hospitales.

En Manaos, la capital regional, «se acabó el oxígeno y algunas unidades de salud se convirtieron en una especie de cámara de asfixia», describió Jessem Orellana, de la Fundación Fiocruz-Amazonia, una institución de investigación científica, en declaraciones a la AFP.

«Estamos en el momento más crítico de la pandemia», dijo por su lado el gobernador de Amazonas, Wilson Lima.

La región amazónica «produce cantidades significativas de oxígeno, pero hoy nuestro pueblo precisa oxígeno y solidaridad», agregó, precisando que varios pacientes serán trasladados a otros estados.

Operativos militares han llevado casi 400 cilindros de oxígeno en los últimos cinco días para abastecer la demanda.

AUMENTO DE CASOS

Las autoridades sanitarias de Brasil registraron este jueves 1.131 nuevas muertes por coronavirus en el país y, de esta manera, la cifra total asciende a 207.095.

Además, se detectaron 67.758 nuevos infectados, alcanzando los 8.324.294 contagios.

San Pablo sigue siendo el estado más afectado de Brasil: registra 1.590.829 casos y 49.289 víctimas por el COVID-19. Lo sigue Río de Janeiro con 473.648 infecciones y 27.441 muertes.

Brasil prepara el inicio de su campaña de vacunación contra el COVID-19, probablemente a partir de este mes.