CORDOBA. – «38,3°. Hasta luego, amigos, los quise», fue el primero de una serie de mensajes que publicó una maestra de Villa Giardino, Valle de Punilla, el pasado 29 de marzo. Dos días después, Liliana Giménez relató: «Anoche, 39,6° de temperatura, pese al paracetamol. Dice Apross (obra social del personal estatal cordobés) que aumente la dosis, pero que NO VAYA (sic) a los centros de salud. No califico para Covid19. Ni dengue».
Estos serían solo algunos de los mensajes que publicaría la docente de 44 años en su cuenta de Twitter (@414us_) , en la que narró el progreso de su cuadro de salud. «Después de 9 días de agonía por el sistema de salud, finalmente me llevan a internar. Besos a todos», fue el último tuit que publicó el lunes a las 12.27. El martes a las 14, sería declarada muerta a causa de una neumonía y aún sin el resultado del test de coronavirus , que llegó horas más tarde y en medio del dolor.
Inquietud y sospechas generó la muerte de la mujer. La causal, según el reporte oficial, fue una neumonía bilateral con un resultado de hisopado negativo de Covid-19 .
Giménez, mamá de dos hijos, daba clases en una escuela rural en Pampa de Olaen y en el área de mujeres de la cárcel de Bouwer, en Córdoba. Era muy activa en Twitter, donde se presentaba como «Lilipad, especialista en arrear gente; posgrado en advección. Una vez me picó una carabela portuguesa (medusa azul) y empecé un discurso de despedida». Desde allí compartió día a día su estado y las críticas a la obra social provincial.
«Me cansé de putear al Apross porque no me atendía el 0800. No tenía crédito», decía con humor en redes sociales. Después trató de seguir su vida pública en Twitter con comentarios no vinculados a su salud.
El 1° de abril reflexionó acerca de que el «chusmerío alcanza nuevos niveles con los grupos de Facebook en los pueblos donde se encargan de escrachar a los que se enferman o son sospechosos de ello, sus familias y cualquiera que haya tenido contacto. Como si enfermarte fuera tu culpa». Posterior a eso, agregó en otras jornadas: «Hace tanto que estoy en cama que cuando hago dos pasos se me acalambra el gemelo» y «a puro antipirético que sorprendentemente no es algo «para evitar irse» en cordobés básico».
«Ocho días de fiebre me llevó que un médico se acercara. Por tema coronavirus, si tenés fiebre «esperá por otros síntomas» y estamos empezando. Fleming cómo te amo», escribió el cuatro de abril a las 9.14. El médico del que hablaba, según pudo saber , era Jorge Soria, secretario de Salud de Villa Giardino, quien la visitó el viernes 3 de abril.
«Fue el primer día que llamó al centro de salud y la fui a ver. Me abrió la puerta una nena de unos 12 años. Me dijo que había tenido 37,8 de fiebre y que le picaba la garganta. Le pedí que fuera al consultorio su respuesta fue que no podía y que no sabía si el sábado podría. Me insistió con qué podía tomar, que paracetamol ya había tomado, si podía ser algo inyectable. Le dije que fuera con un Ibuprofeno pero que tenía que ir al centro de salud porque había que hacer una placa; tenía la garganta un poco roja», dijo Soria.
En contraposición, la familia de Giménez dice que el médico la atendió «de lejos»; él admite que mantuvo distancia y se acercó solo a verle la garganta y que, cuando ella le pidió un «inyectable», le sugirió penicilina «si ya había usado». Soria rechazó que haya habido negligencia o abandono. Sostiene que fue a visitarla ante el primer pedido y que le insistió en que debía ir a hacerse la radiografía.
Según el relato de Soria, la docente recién volvió a comunicarse el lunes 6 y él le enfatizó que «sí o sí» tenía que ir al centro de salud. «¿Tiene quién la traiga?», le preguntó. Ella respondió que sí y al poco tiempo llegó. La placa reveló que tenía tomado un tercio del pulmón derecho y algo menos de la mitad del izquierdo.
«Activé el protocolo de coronavirus y por su obra social se la internó en La Falda. Se la veía entera pero estaba saturando mal (nivel de oxígeno en sangre)», explicó el funcionario local a este medio.
En la Clínica Privada La Falda, situada a seis kilómetros de Villa Giardino, Liliana ingresó directamente a terapia intensiva y con insuficiencia respiratoria el lunes a las 17. El hisopado se le realizó en ese mismo momento. El martes, después de que falleció, les médicos recibieron el resultado negativo del hisopado que se hizo en el Laboratorio Central de Córdoba.
El marido de Giménez y su familia fueron quienes aguardaban en la clínica porque ella estaba aislada. La médica que la atendió le dijo que les avisaron que se la intubaría porque estaba consciente. La docente murió a las dos de la tarde, sin saber si tenía la nueva cepa del coronavirus. Cinco horas después llegó el negativo que fue informado a la familia que prefirió no tener contacto con la prensa.
Las neumonías en la mira para evitar subregistros de Covid-19
El lunes, a raíz de una nota sobre tres casos de personas fallecidas con coronavirus Covid-19, desde el Ministerio de Salud de la Nación habían indicado a este medio que también se había comenzado a hacer un seguimiento de las muertes reportadas por los centros de salud a causa de neumonías.
«A veces pasa que también los médicos, al ser una enfermedad nueva, no la conocen muy bien. Hay un contexto que complica la situación habitual. Sin embargo, hay todo un equipo médico en el nivel central, ya no a nivel de provincias o de efectores, que están haciendo el seguimiento de las neumonías graves», dijo a este medio Sonia Tarragona , subsecretaria de Medicamentos e Información Estratégica del Ministerio de Salud de la Nación.
Tarragona agregó: «Puede pasar que aparezca una persona con una neumonía y que no tenga nada que ver con el coronavirus, son los casos habituales. En ese caso, si el médico que recibió la neumonía no sospechó coronavirus, ahí hay un problema del médico que debería haberlo notificado y no lo hizo. Si existe una notificación de muerte por neumonía, este equipo de epidemiología del Ministerio llama para ver si no fue un coronavirus que se les pasó».
En tanto, fuentes de Apross indicaron a este diario que están «investigando y pidiendo los elementos» respecto a los contactos que la docente relató que tuvo con la entidad y los pasos que se siguieron para descartar un caso de abandono o negligencia médica.