Valérie Bacot podría pasar el resto de su vida en prisión. La sentencia, que se conocerá estos días, movilizó a más de 550 mil franceses, quienes reclamaron su liberación.

Comenzó este lunes en Francia, en medio de un gran interés mediático, el juicio penal en contra de Valérie Bacot (40), quien quedó embarazada a los 17 años, después de ser violada por su padrastro, y luego fue obligada a casarse con él. La mujer asesinó a tiros a su agresor después de casi 25 años de vivir un infierno diario.

Los hechos

El asesinato ocurrió el 13 de marzo de 2016 en el departamento francés de Saona y Loira cuando Bacot mató a tiros a su padrastro, el conductor de camiones Daniel Polette (61), quien engendró cuatro hijos con ella y la convirtió en su esposa.

Polette había llegado a su vida a los 12 años como el nuevo novio de su madre. Para entonces, la mujer también había sido víctima de incesto a manos de su hermano.

El fallecido fue declarado culpable de abuso sexual y agresión durante la adolescencia de Bacot, luego de que los hechos salieron a la luz tras testimonio de la joven. Por estos delitos, Polette fue condenado a cuatro años de prisión en 1996, pero recuperó su libertad tras 18 meses en la cárcel.

Durante el encierro, la madre de Bacót, quien era una mujer violenta y con serios problemas de alcoholismo, obligó a la adolescente visitarlo en prisión

Una vez libre, Polette regresó a la casa que compartía con la madre de Valérie y continuó con los abusos sexuales y físicos en contra de la joven.

Bacot, siendo aún menor de edad, quedó embarazada producto de las violaciones. Polette terminó entonces la relación con la madre de la mujer y dejó la propiedad mudándose con Bacot a una nueva casa. La madre de la joven, pese a ser abandonada, ayudó en la mudanza trasladando las pertenencias de su hija.

El hombre, que tenía 25 años más que Bacot, se casó con ella y producto de esa relación nacieron cuatro hijos.

En su libro, “Tout le monde savait” (“Todos lo sabían”), publicado el 12 de mayo, Balcot detalla cómo soportó los casi 25 años de relación con el hombre, 18 de los cuales fueron bajo la figura del matrimonio forzado.

El matrimonio, la prostitución y el posterior homicidio

Cuando quedó embarazada a los 17 años, testificó en contra de su agresor, y por esta razón su madre la echó de su casa y se tuvo que mudar con Polette. “Quería quedarme con mi hijo. No tenía a nadie“, dijo la mujer durante su declaración en la corte. “¿A dónde podría ir?”

Una vez que conformó una nueva pareja bajo la figura del matrimonio con su expadrastro el abuso empeoró. Las bofetadas diarias se convirtieron en golpes y posteriormente se transformaron en estrangulamientos. Finalmente la violencia llegó a su punto máximo cuando el sujeto le apuntó con una pistola en la cabeza y amenazó con matarla.

Durante el matrimonio, Bacot tuvo tres hijos más con Polette, y dijo al tribunal que su vida con él era un “infierno extremo”. En su libro biográfico describió lo que significó vivir como prisionera en su casa, sin poder hablar con nadie y con el temor constante de sufrir ataques violentos.

Cuando se jubiló en su trabajo de conducir camiones, Polette la obligó a trabajar como prostituta, atendiendo sexualmente a los clientes en la parte trasera de una camioneta Peugeot 806 que el fallecido había equipado con un colchón y cortinas, tal como contó en el libro.

La mujer señaló que el punto de ruptura llegó en marzo de 2016, después de que uno de los clientes de su esposo la violó. En ese tiempo, además, Polette comenzó a acosar a la hija de 14 años que ambos tenían, al mismo tiempo que sugirió la idea de utilizar a la menor también como prostituta.

Usando una pistola que traía su esposo en caso de que los clientes se volvieran violentos, le disparó en la nuca mientras él se sentaba en el asiento del conductor, y luego escondió el cuerpo con ayuda de los tres hijos mayores, incluida su hija y el novio de esta última.

Bacot fue arrestada en 2017 y admitió el homicidio, siendo detenida junto con los tres hijos mayores y el novio quienes se presentaron para ser interrogados en octubre del mismo año.

La mujer, que enfrenta ahora el cargo de asesinato, permaneció en prisión durante los primeros momentos de la investigación, pero después de un año fue liberada y se le permitió esperar su juicio en su domicilio con una pulsera en el tobillo. Más tarde, dos de sus hijos recibieron sentencias de seis meses por ayudar a deshacerse del cuerpo de Polette.

La acusada podría pasar el resto de su vida en prisión ya que las autoridades determinaron que el incidente que derivó en la muerte de Polette no se produjo en condiciones de autodefensa.

El caso ha conmovido a la sociedad francesa y acapara la atención de la prensa internacional. La sentencia contra Valérie Bacot se dará a conocer el 25 de junio.