Beijing sorprendió al mundo por su estrategia para detectar de manera temprana el coronavirus con una especie de supositorio. Así funciona. Polémica.

Los científicos chinos aseguran que se trata de una de las pruebas más seguras que existen en el mundo. Pero las redes sociales y los medios han levantado una enorme controversia por estas. En Beijing, la capital de China, el nuevo método de test rectal ha generado opiniones encontradas. Todo comenzó cuando un niño de 9 años dio positivo de covid-19. La ciudad que había estado en calma pues tenía un abrumador descenso en sus cifras entró en pánico de nuevo.

China recurrió entonces a los test rectales para detectar el covid-19 en sujetos de riesgo y a los viajeros que llegan del extranjero. El país ha logrado frenar en gran medida la epidemia desde principios de 2020 y solo se han registrado dos muertes desde mayo. En las últimas semanas se han producido pequeños brotes localizados que llevaron a las autoridades sanitarias a realizar test rápidos y masivos a decenas de miles de personas mediante PCR. Las muestras suelen tomarse de la nariz o la garganta.

Sin embargo, según la televisión pública CCTV, los residentes de varios barrios de Beijing donde se descubrieron contagios recientemente fueron sometidos a un test rectal. La medida también se está imponiendo a las personas en cuarentena obligatoria en los hoteles, incluidos los viajeros procedentes del extranjero.

El test rectal “aumenta la tasa de detección de personas infectadas” porque el coronavirus permanece más tiempo en el ano que en las vías respiratorias, declaró a la CCTV el doctor Li Tongzeng, del hospital You’an de Pekín. En internet, las reacciones el miércoles oscilaron entre el miedo y la burla.

“Descubrimos que algunos pacientes asintomáticos tienden a recuperarse rápidamente. Es posible que no quede rastro del virus en su garganta después de tres a cinco días“, señaló Li. “Si realizamos hisopos anales para las pruebas de ácido nucleico, aumentaría la tasa de detección de pacientes y disminuiría la posibilidad de un diagnóstico perdido”, agregó el experto.

“No es demasiado doloroso, pero sí superhumillante”, dice un usuario de la red social Weibo. “Me han hecho dos exploraciones anales. En el proceso, también me tomaron una muestra de la garganta. Cada vez, temía que la enfermera se olvidara de cambiar el bastoncillo entre las dos”, bromeó otro usuario de Weibo. La CCTV dijo el domingo que no se generalizarán las pruebas rectales porque “no son lo suficientemente prácticas”.

Se trata de una especie de supositorio de cinco centímetros de longitud, según reportó el diario The Daily Mail. El proceso no dura más de 10 segundos.

China, que ya restringió severamente las llegadas internacionales desde marzo de 2020, reforzó las restricciones en los últimos meses. Todas las personas que quieran viajar al país deben presentar dos test negativos (PCR y serológico) antes de embarcar y, a su llegada y por cuenta propia, realizar una cuarentena de al menos 14 días en un hotel.

Hong Kong se vuelve a confinar

Las autoridades de Hong Kong confinaron de manera inesperada la noche del martes al miércoles un sector de un vecindario de la ciudad y cerraron todos sus accesos hasta realizar test de diagnóstico a todos sus habitantes. La policía instaló un perímetro de seguridad en torno a 20 edificios en el barrio de Yau Ma Tei, al sur de Hong Kong.

La nueva estrategia de las autoridades consiste en confinar sin avisar y la jefa del ejecutivo de Hong Kong, Carrie Lam, explicó que esta política de “confinamientos inesperados” es necesaria para evitar que la gente no huya antes de que lleguen las personas encargadas de los test. “Agradezco a los habitantes del sector por su cooperación”, dijo el miércoles la responsable en su página en Facebook.

Este fin de semana un confinamiento similar de dos días había fracasado porque se filtró en la prensa horas antes. Durante el confinamiento del martes, fueron sometidas a pruebas 330 personas y una de ellas dio positivo. Las autoridades advirtieron de que serán necesarios otros confinamientos de este tipo en los próximos días.

Hong Kong estuvo ya en alerta cuando se detectaron los primeros casos del nuevo coronavirus en China hace más de un año. La ciudad, con grandes rascacielos, ha registrado oficialmente menos de 10.000 casos y unos 170 muertos desde el comienzo de la pandemia. Los aproximadamente 7,5 millones de habitantes de Hong Kong viven desde hace un año bajo distintos grados de restricciones, que parecen haber dado resultado para impedir que se disparen los contagios.

En las últimas semanas, el territorio se ha visto afectado por una cuarta ola de infecciones y las autoridades han introducido nuevas restricciones. En teoría Hong Kong es una de las ciudades más ricas del mundo, pero las desigualdades son flagrantes, pues sufre una penuria de viviendas y los alquileres son muy elevados. Muchos viven apiñados en espacios muy pequeños. Es en estos lugares, donde se hacinan muchas personas, donde han aparecido frecuentemente los casos positivos.

*Con información de AFP