«La medicación funciona», celebró su mamá Gisela.

Valentina Rocatti, la niña rosarina a la que le suministraron el medicamento más caro del mundo para curarse de la atrofia muscular espinal que padece, comenzó a dar sus primeros pasos a 45 días del tratamiento. «La medicación funciona», celebró su mamá Gisela.

«Progresando día a día», posteó la cuenta @zolgensmaparavalen este martes en donde se ve a Valen parada haciendo dos pequeñísimos (pero gigantes) pasos hacia adelante y luego arrojándose contenta a los brazos de su papá.

Los Rocatti lucharon para acelerar la burocracia y agilizar el acceso a este medicamento, desarrollado por el laboratorio Novartis, que en Estados Unidos tiene un precio de 2,1 millón de dólares.

Las fallas en ese proceso derivan en las severas consecuencias de la AME, una enfermedad neurodegenerativa que se manifiesta en bebés y niños de muy temprana edad y estadísticamente lleva a la muerte antes de los dos años al 50% de los afectados.